jueves, 7 de enero de 2010

Ilich Ramirez CARLOS demanada a la productora responsable de la última pelicula sobre su vida

Desde hace un año venimos vigilando todas las noticias sobre el rodaje dela nueva pelicula (una trilogia en realidad)sobre el Comandante Ilich Ramirez. El mismo Ilich nos ha comentado varias veces que la productora se habia puesto en contacto con él pero no le habían permitido ver el guion final. Hoy toda la prensa internacional se hace eco de la noticia de que el Comandante, obligado por la falta de colaboración de la productora, ha presentado una querella contra la misma:

La petición de "Carlos", que cumple en la prisión francesa de Poissy, a las afueras de París, una condena a cadena perpetua desde 1996, será examinada el próximo día 13 por el Tribunal de Nanterre, cerca de la capital francesa.

Dirigido por Olivier Assayas, con guión de Dan Franck, el filme, titulado "Carlos, le prix du Chacal", está dividido en tres capítulos de noventa minutos en los que se repasan algunos de los espectaculares atentados que se atribuyen al terrorista internacional.

Los productores preparan también una versión para salas de cine que ya han vendido en Estados Unidos y Alemania, además de en Francia.

La abogada de "Carlos", Isabelle Coutant-Peyre, aseguró que la demanda fue presentada porque su cliente, con el que está casada, no fue consultado sobre la película, ni se le pidió permiso para utilizar su imagen.

"Cuando se pretende hacer una biografía histórica de alguien que está vivo lo lógico es verificar con la persona si hay errores", afirmó la letrada.

El terrorista, que se ganó el apelativo de "El Chacal" por sus acciones violentas durante la década de los 70 y 80, considera que la película le presenta como autor de atentados por los que todavía no ha sido juzgado, lo que supone, según su abogada, "un ataque a la presunción de inocencia".

"A finales de 1982 se cuentan 30 muertos y 178 heridos en los 21 atentados que perpetró", indica la promoción de la película, lo que, según la letrada, incluye hechos que aún están siendo juzgados.

"La difusión de esta película comercial, sin control previo" de su cliente "atenta gravemente contra la moral" de "Carlos", indica el texto de la demanda.

También denuncia que la película contiene otros errores, como que el secuestro de varios ministros de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) en Viena en diciembre de 1975 se hizo por encargo del ex presidente iraquí Sadam Hussein.

Según Coutant-Peyre, el propio Carlos ha confesado que lo hizo a petición del líder libio Muamar el Gadafi, que quería contrarrestar la política de bajada de precios del petróleo impulsada en el seno de la OPEP por Arabia Saudí.

"No creo que sea un error casual, lo han hecho voluntariamente porque hay un trasfondo político. Sadam está muerto y Gadafi vivo", dijo la abogada.

Además, el filme asegura que "Carlos" llevaba una vida de "alcohol y sexo" en Jartum en los días previos a su arresto por agentes de espionaje franceses en 1994, lo cual es "difamatorio", según Coutant-Peyre.

"El objetivo del filme es manipular a la opinión pública, machacar a Ilich Ramírez. Dicen que es una ficción, pero en realidad es una farsa. Lo presentan como un documental con actores, pero no tienen ningún interés en contar la verdad", aseguró la abogada.

La productora de la cinta, por su parte, dice que todavía no se ha terminado el montaje y rechaza entregárselo a "Carlos" en virtud de la libertad de expresión, ya que no quieren una obra hecha "a la gloria" del terrorista.

El canal, por su parte, asegura que no suele pedir permiso para la difusión de obras o documentales.

"Por principio, nuestra cadena se opone firmemente a toda injerencia exterior en el proceso de creación de una obra de ficción, incluido cuando está inspirada en hechos reales", señaló Canal+. EFE

1 comentario:

Anónimo dijo...

El Chacal y el ecologista


El chacal y el ecologista
El pasado día tres de enero, el matutino español El País publicó una extensa entrevista al archiconocido terrorista venezolano Ilich Ramírez Sánchez, conocido también por su nombre de guerra de "Carlos" o por el apelativo de "el Chacal". El título de la entrevista es "No me arrepiento de nada".

Entre las cosas de las que el Chacal no se arrepiente, se cuentan las ochenta muertes que provocó, según el Ministerio de Interior francés.

Huelgan los comentarios, por supuesto.

Lo llamativo, es que el mismo periódico publicó hace menos de tres días, un reportaje en el que celebraba la liberación del responsable de Greenpeace en España, Juan López de Uralde, preso durante veintiún días en una cárcel de Dinamarca por violar las leyes de aquel país.

Para El País, así como para El Mundo y otros medios españoles, Uralde es inocente y no ha violado la ley. Lo afirman con una contundencia que choca con la publicidad de los actos ilícitos que ha cometido el fornido donostiarra y con evidente desprecio por las leyes y los pronunciamientos judiciales de los tribunales daneses.

Un medio público, sufragado con los impuestos que pagan no sólo los españoles sino una inmensa legión de extranjeros residentes en este país, como lo es Radio Nacional de España, ha soltado al aire -por boca de uno de sus más ignorantes presentadores, el señor Juan Ramón Lucas- que la detención de Uralde en Dinamarca (por "arbitraria") no se hubiera producido "ni en un país del Cono Sur americano". El audaz Lucas aún no se ha disculpado de semejante ofensa velada a chilenos, argentinos, uruguayos y surbrasileños. Así como no hay españoles culpables de delitos en el extranjero, tampoco hay trazas de tercermundismo judicial en un país que ha vivido 40 años de dictadura.

El caso es que el señor Uralde, satisfecho de su hazaña en Copenhague, después de ser liberado, declaró a El País (y lo ratificó en El Mundo) que "volvería a hacer lo mismo cuantas veces fuese necesario". Lo que indica que, al igual que el Chacal, Uralde "no se arrepiente de nada" y que en su peculiar forma de ver el mundo, tal vez la defensa del planeta y de su clima requieran de la comisión de otros delitos aún más graves.

No es posible, lógicamente, comparar los crímenes de Ramírez Sánchez con el cometido por el ecologista en Dinamarca. Lo que sí cabe comparar es la común actitud de falta de autocrítica, de mirarse el ombligo y de lanzar al mundo el deconstructivo mensaje de que volverían a cometer los mismos atropellos si les dieran la oportunidad de hacerlo. Sólo en este punto, el Chacal y el ecologista se parecen como dos gotas de agua.

Hay que fijarse en que en ninguno de los dos casos estamos ante jovencitos utopistas (uno tiene 59 años y el otro 46) como para disculparlos de su impenitencia y de su empeño en el error. La intransigencia, la inflexibilidad, los juramentos de morir con las botas puestas y las obsesiones por perseguir "ideas únicas" son indicadores muy fiables de inteligencias segadas. En esto, el Chacal y el ecologista también se parecen como hermanos univitelinos, hijos póstumos de las ideologías y de la Guerra Fría.