Entrevista al Sr. Altagracia Ramírez: "Mi hijo no es un terrorista"

PARIS.- Altagracia Ramírez Sánchez es un septuagenario que vive en San Cristóbal (Venezuela). Abogado adinerado. Pero con las mismas convicciones que le llevaron a nombrar a sus tres hijos, Ilich, Lenin y Vladimir. El patronímico, el apellido y el nombre -por este orden- del fundador del Estado soviético. Su primogénito popularizó en la década de los 70 el alias de Carlos y se convirtió en el terrorista más famoso del planeta. Carlos, que tiene 48 años, presumiblemente participó en la muerte de 20 personas entre 1973 y 1984.

Hoy, se sienta en el banquillo de un tribunal de París acusado de la muerte de dos policías y un delator.

Su actitud ante la corte, que continúa hoy sus sesiones, ha sido muy curiosa: intenta seducir a los jueces, en especial a las damas.

Ilich ha denunciado las condiciones de su arresto, ilegales en su opinión, y ha rechazado a la acusación particular de la asociación SOS-Atentados calificando a su abogado de «militante sionista».

Al padre de Carlos le indigna que le llamen terrorista o le citen por otro alias novelero, Chacal. Altagracia escribe versos y cuentos y, con motivo del cumpleaños de Ilich, publicó en el Diario de los Andes una poesía dedicada a él. Receloso con la prensa, sólo aceptó responder a las preguntas de EL MUNDO a través del fax.

Pregunta.- ¿Cree que su hijo tendrá un juicio justo?
Respuesta.- En mi escrito presentado al Ministerio de Asuntos Exteriores de Venezuela planteo claramente esta cuestión. El proceso es ilegal, carece de toda validez. Es improcedente porque la presencia de Ilich en territorio francés es ilegal. El autor de esa ilegalidad es el Estado francés que por medio de un comando policial intervino en el secuestro del que fue víctima Ilich en Sudán y en su traslado en condiciones vejatorias desde Africa a Francia.

P.- ¿Contesta usted a la detención de Carlos en Sudán?
R.- Hubo secuestro, no extradición. El ministro del Interior en
la misma fecha del secuestro en Sudán y traslado a Francia -Charles Pasqua- hizo alusión a que con Sudán hubo negocio para la entrega. Entrega negociada no es extradición. Y la extradición es requisito sine qua non para la validez de un proceso.

P.- ¿Cuándo vio a su hijo por última vez?
R.- En la visita que hice en 1975 a mi ex esposa y a los tres hijos que vivían en Londres.

P.- ¿Cuando su hijo vivía en la clandestinidad, mantenía contactos con él?
R.- Sé que mi hijo vivía dedicado a la lucha por la causa del pueblo palestino. Ignoro de qué clandestinidad me está hablando usted.

P.- ¿Ha mantenido correspondencia con él durante su estancia en las cárceles francesas? ¿Cómo le ha encontrado?
R.- Hemos mantenido comunicación a través del fax que pasaba por la mirada de un juez francés. En dicha correspondencia no hay ninguna razón para pensar que Ilich no tenga la moral muy alta. Los luchadores revolucionarios como él no son víctimas de traumas.

P.- ¿Confía en que su hijo salga alguna vez de Francia y pueda regresar a Venezuela?
R.- Pienso que más temprano que tarde toda mi familia volverá a encontrarse con él.

P.- Los amigos de Ilich, tanto personas como estados, ¿le han olvidado?
R.- Habría que preguntárselo a esos amigos, a esas personas, a esos estados; de cualquier manera, nada causará traumas en la mente de Ilich.

P.- ¿Qué siente cuando oye llamar terrorista a su hijo?
R.- A las instituciones y estados ultras de derecha, que tienen como propósito el que el 5% de la Humanidad explote al 95% restante, les agrada llamarle así. Para los que estamos en el bando opuesto, Ilich es simplemente un guerrillero, un combatiente revolucionario que dedicó más de 20 años de su aquilatada juventud a la lucha por la causa del pueblo palestino.

P.- ¿Considera que está justificado el uso de la violencia como arma política?
R.- La violencia la practican ante todo las instituciones y gobiernos que dominan en el mundo. A ellos habría que preguntarles si esa violencia está justificada.

P.- ¿Mantiene usted sus convicciones marxistas?
R.- La ideología marxista sacudió el mundo y transformó muchas de sus instituciones obsoletas. En el camino estamos y, aunque se han perdido varias batallas, pienso que el triunfo de las causas revolucionarias se dará en su momento.

P.- ¿Cómo era Ilich de niño y de joven?
R.- Esa pregunta, de corte estríctamente familiar, pienso que no interesa en las circunstancias que rodean hoy la vida de Ilich.

P.- ¿Presintió usted alguna vez que se convertiría en un terrorista?
R.- Desde joven, dejó entrever que se encaminaría por la vía de la lucha revolucionaria.

P.- ¿Lo lamenta?
R.- Las lamentaciones son algo ajeno a los revolucionarios.

Entrevista publicada en Diario El Universal